Continuamos este año jugando un rol central en nuestro propio futuro, pero también enfocados en ser un elemento de esperanza para tener una democracia más inclusiva que refleje la diversidad y prioridades de todas las comunidades.
Los dos últimos años han representado un ataque constante para la comunidad latina, inmigrante y minorías por parte de Trump. Estructuralmente hemos sido el centro de agresión y exclusión de todo tipo de decisiones en la política pública por parte de esta administración, lo cual tiene un impacto en nuestra calidad de vida a corto y largo plazo. El uso constante de la retórica negativa de Trump contra nuestra comunidad ha llevado también al incremento drástico del 24% en los crímenes de odio en contra de los latinos en estos dos años.
Sin embargo, estos ataques en lugar de debilitarnos nos han fortalecido y unido como comunidad. He aquí seis ejemplos de cómo los Latinos e inmigrantes nos estamos organizando, y por ende fortaleciendo nuestra democracia:
1. Participación cívica
La respuesta central de nuestra comunidad ante tanto ataque ha sido la participación cívica. Los latinos venimos jugando un rol cada vez más importante en las elecciones nacionales y locales. Somos 57 millones de latinos en Estados Unidos, de ellos 29 millones están habilitados para votar. Y los latinos participamos más en las elecciones de 2018 que en cualquier otra elección de término medio, y se estima que un 27% de esos votantes acudieron a las urnas por primera vez. Las más recientes proyecciones son altamente positivas, ya que para las elecciones presidenciales del 2020 habrán 32 millones de latinos elegibles para votar, siendo así el segundo grupo más numeroso en el país y un electorado decisivo.
Estos resultados se dieron gracias al trabajo exhaustivo de miles de personas y organizaciones a lo largo del país que han apostado por la importancia de nuestro voto, y esto se ha reflejado en el incremento de programas de registro de votantes, voto, educación de votantes, programas para promover la ciudadanía y la lucha contra de la supresión del voto.
2. Postulaciones a cargos públicos
Hemos también lanzado un ‘ya basta’ a la falta de representación y exclusión de nuestra comunidad en cargos públicos. Hemos visto un incremento importante en el número de latinos y latinas que se han postulado a cargos públicos en todos los niveles y alrededor del país. Los resultados de las últimas elecciones son un ejemplo claro, ya que ahora contamos con 43 latinos electos al Congreso en Washington D.C., el número más alto de legisladores latinos en el Capitolio en la historia. A nivel nacional las cifras también son prometedoras, con 6.600 latinos electos, un incremento del 10% desde el 2013.
Los comicios del 2018 dejaron claro que las mujeres también han sido parte de la reacción al discurso divisivo de Trump. El Congreso en Washington ahora cuenta con más mujeres, más juventud, y más diversidad que nunca. El número de mujeres latinas en posiciones de poder ha incrementado exponencialmente, con 2.401 latinas electas, cifra que se traduce al 36% del total de latinos electos a nivel nacional.
3. Contribuciones e incentivos a la economía
Uno de los argumentos anti-inmigrantes de Trump ha sido que los trabajadores indocumentados vienen a robar trabajos, cometer crímenes y vivir de la asistencia pública. Nadamás lejos de la realidad. Como país tenemos una adicción a la mano de obra barata del trabajador inmigrante, y como resultado se ha creado un sistema perfecto girado en torno a la explotación de dichos trabajadores y hay sectores enteros de la economía que dependen de ellos: 53% agricultura, 15% construcción, 9% producción, 9% servicios, 6% transporte, y 5% de la fuerza laboral total.
De la misma manera, el gasto generado por los inmigrantes incentiva el crecimiento económico y la creación de empleos. Los inmigrantes pagamos más de 300,000 millones de dólares en impuestos al año; los trabajadores indocumentados contribuyen con 24,000 millones de dólares en impuestos federales así como con 11,000 millones en impuestos de propiedad, locales y estatales. También los trabajadores indocumentados contribuyen con 15,000 millones al año al seguro social, lo que representa un subsidio importante ya que ellos no tienen accesos a esos beneficios.
Además de ser un pilar esencial para la estabilidad y economía del país, los latinos somos el grupo que creamos más pequeños negocios, hoy día son alrededor de 5 millones de negocios. Mientras que el número de negocios en el país declinó del 2007 al 2012, el número de negocios de latinos se incrementó en un 46%, y se estima que los latinos contribuimos con 213,000 millones de dólares, lo que representa el 11.8% del PIB y que muestra que somos centrales para la salud y el crecimiento de nuestra economía nacional.
4. Derechos laborales
Lamentablemente los trabajadores latinos continuamos siendo el sector más vulnerable en el país, particularmente los trabajadores indocumentados, con el número más alto de muertes y accidentes en el trabajo, el robo salarial más alto, y tristemente un incremento en el acoso sexual y violaciones en el lugar de trabajo contra las latinas. A raíz de este panorama, los latinos e inmigrantes hemos sido parte central de movilizaciones nacionales y organización de trabajadores para mejorar los derechos laborales en el país. Los ‘carwasheros’, los jornaleros, los ‘farmworkers’, las trabajadoras domésticas, los movimientos nacionales de trabajadores de servicios y restaurantes, el movimiento TimesUp entre otros, han sido centrales para impulsar la agenda nacional de respeto a los derechos laborales de todos los trabajadores y ha su vanguardia han estado latinos, latinas e inmigrantes.
5. Movimiento por los inmigrantes
Las agresiones contra la comunidad inmigrante por parte de esta administración, son incontables. Durante los primeros días de su mandato, Trump anunció el polémico Veto Musulmán y la terminación de DACA, el programa que protege a los “Dreamers” de la deportación, y desde entonces el futuro de unos 800.000 Dreamers ha quedado en la incertidumbre. Los Tepesianos también han sido víctimas de Trump, quien en un esfuerzo por restringir la inmigración, y aumentar el número de deportaciones, canceló el Programa de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) en 7 de 13 países. El polémico muro que propone Trump en la frontera con México, culminó en el cierre parcial de gobierno más largo en la historia del país, dejando a más de 800.000 empleados federales sin un ingreso por 35 días.
En respuesta, los Dreamers, Tepesianos y la comunidad inmigrante han liderado los elementos de organización de trabajadores y también marchas y movilizaciones nacionales, que se han convertido en protestas históricas en defensa de los derechos de los inmigrantes, y este 2019 es un año en el que nosotros ejercemos poder en todas las esferas: desde las calles, hasta los corredores en el Congreso.
6. Nuestra juventud y el futuro de la nación
La juventud latina representa una plétora de oportunidades para toda nuestra nación, somos una comunidad 10 años más joven que la media nacional, lo que representa muchas oportunidades para un país que está envejeciendo. Estas cifras arrojan un panorama sumamente alentador, ellos son el futuro y el presente. Estos números se traducen en votos, en participación cívica, en la creación de empleos, en un cambio tangente que ya ha empezado a materializarse. Se ha visto una creciente participación de los jóvenes latinos en el país como respuesta a todos estos ataques, tal es el caso de los Dreamers, los jóvenes de la Secundaria Stoneman Douglas en Parkland Florida, quienes están luchando a favor del control de armas, y el caso de diversos movimientos nacionales de jóvenes para mejores condiciones y oportunidades laborales en muchas ‘uniones’, los estudiantes que han hecho ‘walkout’ de las escuelas por una causa, entre otros ejemplos.
Momentos difíciles y ataques contra nuestra comunidad también han representado espacios de oportunidad, unidad y acción, lo cual se ha demostrado en los dos últimos años. Continuamos este año jugando un rol central en nuestro propio futuro, pero también en ser un elemento de esperanza para crear una nación y poder tener una democracia más inclusiva y representativa que refleje la diversidad y prioridades de todas las comunidades, además de inyectar una visión clara para las elecciones del 2020.